El supermercado del futuro: sencillo, rápido y conectado

Hace unas semanas, Amazon sorprendía al mundo con un nuevo concepto de supermercado físico sin cajas, sin dependientes y aparentemente sin esperas. Desde entonces, muchas voces se han alzado a favor o en contra de esta reformulación de los establecimientos tradicionales. Sin embargo, este movimiento del gigante tecnológico pone de manifiesto que el modelo de compra física no va a desaparecer, sino que se transformará para convivir junto al comercio electrónico.
La permanencia de la compra física es precisamente la gran baza de estos retailers, que ya disponen de la infraestructura y de la presencia geográfica. Sin embargo, deberán emprender una gran modernización para no quedarse atrás. Mientras se difuminan los límites entre los canales electrónicos y los físicos, su principal reto es adaptarse al modelo omnicanal.
[El consumidor busca en la tienda física un valor añadido que no le ofrezca el #ecommerce]
Frente a los británicos (48,9%) o los franceses (34,8%), en España solo un 13% de los consumidores realizan sus compras de supermercado de principio a fin en canales online. Es más habitual buscar, comparar y elegir a través de internet para terminar el proceso en la tienda. Pero esta preferencia no implica una fidelidad absoluta al supermercado tradicional. Al contrario, el consumidor busca un valor añadido que no le ofrezca el comercio electrónico.